Malí, situado al noreste de Africa, cuya mayor parte está en el sur del desierto del Sahara. Tiene unos 13 millones de habitantes, su superficie es aproximadamente la del doble de España, y es uno de los países más pobres del planeta.
Se están produciendo en el país una serie de enfrentamientos entre combatientes rebeldes tuaregs, del Movimiento Nacional de Liberación, y el ejército del país, que están ocasionando grandes desplazamientos de población. Estes enfrentamientos, que vulneran los acuerdos de paz alcanzados en el país en el año 2009, unidos a una gran sequía, han provocado una grave situación de necesidad de ayuda humanitaria para unas 130000 personas, en su mayoría tuaregs, aunque también de otras etnias.
La escasez de alimentos y la propagación de enfermedades, así como la inseguridad, colocan a esa gran cantidad de hombres y mujeres en una situación de máxima indefensión y precariedad.
Unas 70000 personas se han refugiado en países limítrofes, y otros 60000 se han desplazado dentro del país.
Nuestra grave crisis económica no debe hacernos perder de vista la situación extremadamente grave que están padeciendo estos hermanos y hermanas, y tampoco nuestros gobiernos deberían desentenderse de ellos. Aunque, infelizmente, las pocas ocasiones en que son recordados por nuestras administraciones es cuando se les compra materia prima a precios irrisorios.
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