Amnistía Internacional ha publicado un informe, citando testimonios de refugiados malienses en Níger, y testigos que están actualmente en la capital, Bamako, señalando la gravedad de la crisis humanitaria en Malí.
El informe habla de abusos, detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales, violencia sobre mujeres y niños... perpetrados por todas las partes del conflicto.
Según el informe de Amnistía Internacional, la mayoría de los abusos se han cometido principalmente en Gao y Menaka, bajo control de los grupos rebeldes, en particular los rebeldes del MNLA, Movimiento Nacional por la Liberación de Azawad, que busca la independencia del norte de Malí.
Por su parte los rebeldes de Ansar Al Din están ejerciendo, según el citado informe, una gran presión social para que la población se adapte a su visión del Islam:
“La imposición de estos nuevos comportamientos ha sido acompañada de intimidaciones y de violencia física, por ejecuciones arbitrarias y deliberadas”.
Los abusos, torturas y asesinatos también han sido cometidos por el ejército regular de Malí, sobre todo en los meses de enero y febrero.
Gaetan Mootoo, uno de los responsables del informe de Amnistía Internacional, dice que:
“Ante la falta de una acción coordinada para la protección de los derechos humanos, para la aplicación del derecho humanitario internacional y para la asistencia a las multitudes de desplazados y refugiados, toda la región corre peligro de desestabilización a causa de los efectos de la crisis política, del conflicto armado del norte del Mali, y de la crisis alimentaria que está afectando a todo el Sahel”
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