“Para nosotros la prioridad absoluta es la vida de los rehenes”, dijo esta mañana desde Tokyo Yoshihide Suga, el secretario general del gobierno japonés, refiriéndose a sus compatriotas capturados ayer en un ataque contra una planta de la British Petroleum (BP) en la zona de Aménas, en el sureste de Argelia, que fue reivindicado por un grupo armado presumiblemente ligado a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), según informa la agencia MISNA.
Según la prensa japonesa, por lo menos tres japoneses formarían parte del grupo de rehenes compuesto por unos cuarenta extranjeros de diferentes nacionalidades que fueron secuestrados en las instalaciones de BP. Las autoridades de Argel confirmaron que un ciudadano británico y un argelino perdieron la vida en el asalto, mientras por lo menos otras seis personas resultaron heridas. También se aclaró que permanecen retenidos en las instalaciones de la BP 150 empleados argelinos del grupo francés Cis Catering. “Se trata de un asesinato a sangre fría. Decir que se trata de una represalia contra la intervención de Francia en Mali es una simple excusa”, declaró desde Londres el ministro de Relaciones Exteriores William Hague.
Aún no está clara la identidad de los secuestradores: en un comunicado publicado en las últimas horas desde un sitio internet mauritano, Alakhbar, del que se hicieron eco fuentes de agencias internacionales, se presentan como una ‘brigada’ que toma el nombre de Mokhtar Belmokhtar, líder histórico de AQMI, que fue recientemente destituido por el movimiento. Afirman provenir del norte de Mali y de haber actuado en respuesta a la decisión del presidente argelino Abdelaziz Bouteflika de abrir el espacio aéreo de su país a los militares franceses. Exigen el fin “de esta agresión contra los nuestros en Mali” y la liberación de un centenar de combatientes detenidos en las cárceles argelinas.
Mientras tanto en Mali, las tropas francesas continuaron en las últimas horas su avance hacia el norte con operaciones terrestres, luego de las incursiones aéreas que se llevan a cabo desde el 11 de enero en la zona del centro y norte del país, para impedir a los rebeldes avanzar hacia la capital Bamako.
El secretario de Defensa de los Estados Unidos, Leon Panetta, declaró ayer que las operaciones en Mali no son una ‘guerra francesa’ y que es necesario un esfuerzo internacional que debe ser ratificado por la ONU. En una reunión de jefes de estado mayor de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) en Bamako, se supo anoche que para el 26 de enero llegarán a Mali unos 2.000 efectivos de la fuerza de intervención regional. Se espera para hoy la llegada de un primer contingente nigeriano –en total serán unos 900 hombres– mientras Chad anunció anoche su intención de enviar otros 2.000 militares.
Según la prensa japonesa, por lo menos tres japoneses formarían parte del grupo de rehenes compuesto por unos cuarenta extranjeros de diferentes nacionalidades que fueron secuestrados en las instalaciones de BP. Las autoridades de Argel confirmaron que un ciudadano británico y un argelino perdieron la vida en el asalto, mientras por lo menos otras seis personas resultaron heridas. También se aclaró que permanecen retenidos en las instalaciones de la BP 150 empleados argelinos del grupo francés Cis Catering. “Se trata de un asesinato a sangre fría. Decir que se trata de una represalia contra la intervención de Francia en Mali es una simple excusa”, declaró desde Londres el ministro de Relaciones Exteriores William Hague.
Aún no está clara la identidad de los secuestradores: en un comunicado publicado en las últimas horas desde un sitio internet mauritano, Alakhbar, del que se hicieron eco fuentes de agencias internacionales, se presentan como una ‘brigada’ que toma el nombre de Mokhtar Belmokhtar, líder histórico de AQMI, que fue recientemente destituido por el movimiento. Afirman provenir del norte de Mali y de haber actuado en respuesta a la decisión del presidente argelino Abdelaziz Bouteflika de abrir el espacio aéreo de su país a los militares franceses. Exigen el fin “de esta agresión contra los nuestros en Mali” y la liberación de un centenar de combatientes detenidos en las cárceles argelinas.
Mientras tanto en Mali, las tropas francesas continuaron en las últimas horas su avance hacia el norte con operaciones terrestres, luego de las incursiones aéreas que se llevan a cabo desde el 11 de enero en la zona del centro y norte del país, para impedir a los rebeldes avanzar hacia la capital Bamako.
El secretario de Defensa de los Estados Unidos, Leon Panetta, declaró ayer que las operaciones en Mali no son una ‘guerra francesa’ y que es necesario un esfuerzo internacional que debe ser ratificado por la ONU. En una reunión de jefes de estado mayor de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) en Bamako, se supo anoche que para el 26 de enero llegarán a Mali unos 2.000 efectivos de la fuerza de intervención regional. Se espera para hoy la llegada de un primer contingente nigeriano –en total serán unos 900 hombres– mientras Chad anunció anoche su intención de enviar otros 2.000 militares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario