Ayer, en Libreville, el gobierno centroafricano y los rebeldes de la coalición Seleka firmaron un acuerdo para un cese del fuego y la creación de un gobierno de unidad nacional. Según informaron varias fuentes periodísticas, el acuerdo también prevé la disolución del Parlamento, pero no la renuncia del presidente François Bozizé.
Según el acuerdo (que fue anticipado hace dos días desde la capital de Gabón, donde se llevaron a cabo las negociaciones entre el gobierno y los rebeldes), las elecciones legislativas se realizarán tras un período de transición de 12 meses, durante los cuales estará a cargo del gobierno un primer ministro que sea miembro de la oposición. Bozizé permanecerá en el cargo hasta el final de su mandato, en 2016, pero no podrá revocar al nuevo primer ministro durante el período de transición. Sin embargo, este último, como todos los miembros del nuevo gobierno, no podrá presentarse a las elecciones presidenciales al final del mandato del gobierno.
El gobierno también estuvo de acuerdo en retirar a todas las fuerzas militares extranjeras que ingresaron en territorio centroafricano (también a las tropas sudafricanas), a excepción de las Fuerza Multinacional del África Central (FOMAC) y la liberación de los milicianos arrestados que fueron detenidos durante la ofensiva.
La coalición de Seleka se comprometió a retirarse de las ciudades conquistadas en las últimas semanas y abandonar la lucha armada. En casi un mes de ofensiva, los rebeldes se acercaron hasta 75 kilómetros de Bangui, lo que llegó a amenazar la estabilidad de la antigua colonia francesa, rica en recursos minerales.
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