Los muertos en los choques confesionales de horas atrás entre cristianos coptos y musulmanes en la catedral
copta de esta capital causaron dos muertos y 90 heridos, reportaron hoy autoridades sanitarias egipcias.
Los disturbios fueron desatados por el ataque de islámicos de la secta salafista contra la catedral copta en el distrito metropolitano de Abbasiya mientras se realizaba un servicio fúnebre por las víctimas de incidentes sectarios en la ciudad de Khosous, en el norte de país el fin de semana pasado.
En un comunicado el presidente egipcio, Mohamed Morsi, advirtió que tomará como un ataque personal cualquier agresión contra los miembros de la comunidad copta, estimada en más de 10 millones de fieles en una población próxima a los 90 millones de personas, y se comunicó con el Papa de esa confesión, Teodoro II, para ofrecer sus condolencias por las muertes.
Una de las víctimas fatales es un menor no identificado alcanzado por una bala perdida; 11 miembros de las Fuerzas Centrales de Seguridad despachados de urgencia para interponerse entre los contendientes, resultaron heridos en los combates callejeros con armas de fuego y blancas, según el parte del Ministerio de Salud.
La catedral permanece custodiada por fuerzas antimotines después que activistas cristianos expresaron temores de que radicales islamistas trataran de tomarla por asalto.
Los incidentes en Khosous, en los que murieron cinco personas, estallaron por una riña entre dos familias, una cristiana y otra musulmana, y fueron incitados por predicadores salafistas, una secta que propugna una forma ultraortodoxa del Islam, según versiones convergentes.
La extensión de los combates coincide con el clima de inseguridad derivado de la polarización política entre partidarios del presidente Morsi, un islamista miembro de la Hermandad Musulmana, y sus opositores, agrupados en el Frente de Salvación Nacional.
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