LAS ORGANIZACIONES CATÓLICAS DE COOPERACIÓN SUMAN ESFUERZOS EN LA DEFENSA DE LA SOLIDARIDAD CON LAS PERSONAS Y COMUNIDADES EMPOBRECIDAS
Fruto del encuentro y la reflexión compartida sobre sus objetivos, identidad y misión como Iglesia y organizaciones católicas de cooperación al desarrollo, Cáritas, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y Redes[1] han decidido sumar esfuerzos para liderar una estrategia conjunta de presencia pública orientada a destacar la importancia en estos momentos de la solidaridad y la cooperación internacional al desarrollo con las personas más empobrecidas.
Poner en el centro a las personas
Con ese objetivo y bajo el lema “Enlázate por la Justicia”, estas cinco entidades pretenden sumar recursos y capacidades a favor de una concepción de la cooperación internacional basada en la reciprocidad y la compasión con las víctimas de la exclusión y la desigualdad, para poner en el centro a las personas más pobres a través del acompañamiento y la fraternidad con las comunidades locales.
En el mundo hay situaciones que demandan la solidaridad de la comunidad creyente y de la sociedad en general, porque, aunque en nuestro país vivamos una situación de grave dificultad derivada de la crisis, las condiciones de muchas comunidades y pueblos hermanos siguen necesitando nuestra solidaridad y compromiso. Sólo atendiendo a un aspecto parcial como la renta per cápita, España tiene más de 30 veces la renta promedio de países como Sudán o Haití. Asimismo, el riesgo de morir en el parto en Níger es de uno cada siete, mientras en nuestro país es de uno cada treinta mil.
Denuncia profética de una apuesta por la solidaridad
Cáritas, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y Redes inician así un proceso de fortalecimiento de su presencia pública, que, además de poner en valor todos los aspectos comunes y compartidos de su presencia en la mayoría de los países y regiones del mundo, incida en la denuncia profética ante la sociedad de aspectos cruciales del desarrollo, en la defensa de los derechos humanos y en la promoción de la educación para el desarrollo.
Nos sentimos con esperanza viendo la multitud de presencias y propuestas de desarrollo que mejoran las condiciones de vida de la población más necesitada, y que lo hacen poniendo en el centro a las personas excluidas. Somos testigos de esos milagros, de la vida que se comparte a través de diferentes iniciativas. Por este motivo, apostamos porque esa dinámica de solidaridad se siga abriendo paso en la sociedad española, que durante mucho tiempo ha sido promotora de compromiso y fraternidad con las comunidades más empobrecidas.
Nuestras propias organizaciones católicas son ejemplo de esa corriente de solidaridad, que está respaldada por el trabajo de cooperación apoyado por una base social de 80.000 personas voluntarias y 5.000 trabajadores remunerados, casi 47.000 religiosos y religiosas pertenecientes a 400 congregaciones españolas, y un volumen de recursos económicos superior a los 130 millones de euros anuales invertidos en los distintos proyectos de desarrollo que se realizan en más de un centenar de países de todo el mundo.
Desde esta legitimidad y presencia en numerosas fronteras y ámbitos de misión, que son referencia y ejemplo de solidaridad internacional, demandamos a las instituciones y Administraciones públicas que no se olviden de las personas y comunidades que más sufren.
[1] REDES está conformada por 52 organizaciones dedicadas a la cooperación al desarrollo, ligadas en su mayoría a instituciones religiosas y otras organizaciones de inspiración cristiana.
Fruto del encuentro y la reflexión compartida sobre sus objetivos, identidad y misión como Iglesia y organizaciones católicas de cooperación al desarrollo, Cáritas, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y Redes[1] han decidido sumar esfuerzos para liderar una estrategia conjunta de presencia pública orientada a destacar la importancia en estos momentos de la solidaridad y la cooperación internacional al desarrollo con las personas más empobrecidas.
Poner en el centro a las personas
Con ese objetivo y bajo el lema “Enlázate por la Justicia”, estas cinco entidades pretenden sumar recursos y capacidades a favor de una concepción de la cooperación internacional basada en la reciprocidad y la compasión con las víctimas de la exclusión y la desigualdad, para poner en el centro a las personas más pobres a través del acompañamiento y la fraternidad con las comunidades locales.
En el mundo hay situaciones que demandan la solidaridad de la comunidad creyente y de la sociedad en general, porque, aunque en nuestro país vivamos una situación de grave dificultad derivada de la crisis, las condiciones de muchas comunidades y pueblos hermanos siguen necesitando nuestra solidaridad y compromiso. Sólo atendiendo a un aspecto parcial como la renta per cápita, España tiene más de 30 veces la renta promedio de países como Sudán o Haití. Asimismo, el riesgo de morir en el parto en Níger es de uno cada siete, mientras en nuestro país es de uno cada treinta mil.
Denuncia profética de una apuesta por la solidaridad
Cáritas, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y Redes inician así un proceso de fortalecimiento de su presencia pública, que, además de poner en valor todos los aspectos comunes y compartidos de su presencia en la mayoría de los países y regiones del mundo, incida en la denuncia profética ante la sociedad de aspectos cruciales del desarrollo, en la defensa de los derechos humanos y en la promoción de la educación para el desarrollo.
Nos sentimos con esperanza viendo la multitud de presencias y propuestas de desarrollo que mejoran las condiciones de vida de la población más necesitada, y que lo hacen poniendo en el centro a las personas excluidas. Somos testigos de esos milagros, de la vida que se comparte a través de diferentes iniciativas. Por este motivo, apostamos porque esa dinámica de solidaridad se siga abriendo paso en la sociedad española, que durante mucho tiempo ha sido promotora de compromiso y fraternidad con las comunidades más empobrecidas.
Nuestras propias organizaciones católicas son ejemplo de esa corriente de solidaridad, que está respaldada por el trabajo de cooperación apoyado por una base social de 80.000 personas voluntarias y 5.000 trabajadores remunerados, casi 47.000 religiosos y religiosas pertenecientes a 400 congregaciones españolas, y un volumen de recursos económicos superior a los 130 millones de euros anuales invertidos en los distintos proyectos de desarrollo que se realizan en más de un centenar de países de todo el mundo.
Desde esta legitimidad y presencia en numerosas fronteras y ámbitos de misión, que son referencia y ejemplo de solidaridad internacional, demandamos a las instituciones y Administraciones públicas que no se olviden de las personas y comunidades que más sufren.
[1] REDES está conformada por 52 organizaciones dedicadas a la cooperación al desarrollo, ligadas en su mayoría a instituciones religiosas y otras organizaciones de inspiración cristiana.
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