No digo nada nuevo si digo que estamos en crisis. También es sabido por todos, básicamente por que lo padecemos, que se están produciendo ajustes y recortes en los presupuestos. Entre otras cosas el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación ha anunciado que para los presupuestos del 2012 habrá serios recortes.
Este recorte es el motivo de este post. No porque los otros recortes no tengan importancia, que si que la tienen, y mucha, si no porque la cooperación, en una sociedad avanzada, y nosotros nos preciamos de serlo, debería ser algo irrenunciable.
España es uno de los principales países donantes del mundo, de hecho ocupamos el séptimo lugar en la lista de contribuyentes a esta causa.
La cooperación española durante el año 2011 equivalió al 0,29% del Producto Interior Bruto. Lejos del objetivo del 0,7% que 189 países, entre ellos España, firmaron en la Declaración del Milenio, en la ONU, en el año 2000.
El ministro, D. José Manuel García-Margallo, ha declarado que el gobierno mantiene esa "obligación" de destinar el 0,7% del PIB a la cooperación para el desarrollo, pero que eso se realizará "cuando se pueda". También ha dicho el sr. ministro que mejor reducir la cooperación que " bajar pensiones o cerrar ambulatorios". De esta manera se va a efectuar un recorte de unos 1000 millones de euros.
Así, a voz de pronto, parece justificado el recorte, y probablemente mucha gente estará de acuerdo.
Pero me gustaría hacer una reflexión al respecto:
Es evidente que estamos en crisis, y a todos se nos pide que nos apretemos, y se hacen ajustes y recortes en todo.
Pero, ¿realmente no hay cosas que se puedan recortar sin tocar la sanidad, la educación, las pensiones, o la cooperación?
¿Podemos convertir la solidaridad en algo asociado al tiempo de vacas gordas?. ¿ Es que España sólo es solidaria cuando le sobra?. Porque si es así no es la palabra solidaridad la adecuada. Dar migajas de lo que nos sobra no es solidaridad, ni caridad.
Sin embargo, dar en justicia, si que es algo de lo que enorgullecerse.
¿Por qué hacer sufrir más a los que menos tienen, a los que están más lejos?.
Es evidente que la gente a la que se ayuda está muy lejos, no tienen ningún tipo de poder aquí, no van a venir a manifestarse a nuestras calles, la existencia de los millones de personas de los países que llamamos "tercer mundo" pasa desapercibida totalmente en nuestra realidad diaria. Por eso es muy fácil recortar las ayudas e ellos destinadas. Total, no van a protestar.
Pero, y nuestra conciencia, ¿en que lugar queda?, ¿ Es este el modelo de justicia social que propone nuestra sociedad?. ¿Así de firme es nuestra palabra, cuando hablamos de solidaridad, de humanitarismo, de...?
Ni nosotros, ni los otros países occidentales, tenemos ningún problema a la hora de "atracar" los recursos del tercer mundo... y a cambio ¿les damos la espalda?. Pues si que somos valientes. Para hacernos un monumento.
Entiendo el discurso populista y demagógico del sr. ministro, pero... ¿se le habrá ocurrido que, antes que hundir más a los más pobres, se podría "arañar" un poco de los más ricos?.. Claro, pero éstes si que protestan y si que tienen poder...
De todas formas, todos deberíamos reflexionar, y tal vez, darnos cuenta de que hay justificaciones que no son ni realistas ni, mucho menos, humanitarias.
¡Vaya solidaridad de pacotilla la de nuestros políticos!
ResponderEliminarClaro, los pobrecitos negritos del Congo no se quejan, pero los ricachones que estafan a Hacienda, esos sí que protestan. ¡Vamos a recortar más en solidaridad y pasamos de tratar de buscar a los estafadores en nuestro país!
Así nos van las cosas en España...