martes, 12 de marzo de 2013

Ciudad del Vaticano: Comienza el Cónclave para elegir al nuevo Papa.


Inicio del Cónclave

Hoy martes, 12 de marzo,  se abrirá el Cónclave, con la celebración de la Misa Pro eligendo Romano Pontifice (para la elección del Pontífice), que se realizará a las 10.00 (hora de Roma), en la Plaza de San Pedro, presidida por el Decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano.
Participarán 115 cardenales electores. (En el siguiente artículo aparece una relación detallada de todos los cardenales electores).
Una vez iniciado el Cónclave comienza la prohibición de todo contacto con el mundo exterior (televisión, prensa, radio, teléfono, correspondencia, Internet…), y nadie no autorizado puede acercarse a los cardenales o hablar con ellos mientras dura el Cónclave.
 La Universi Dominici Gregis aclara los motivos de esta reclusión cardenalicia: salvaguardar a los electores de la indiscreción ajena y de los intentos de afectar a su independencia de juicio y libertad de decisión, así como garantizar el recogimiento que exige un acto tan vital para la Iglesia entera.
 
 Horarios del Cónclave

Los Cardenales se desplazarán a las 15.45 h. desde la Casa Santa Marta a la Capilla Paolina, para luego, a las 16.30, dirigirse a la Capilla Sixtina.
A las 16.45 los cardenales prestarán el juramento solemne de secreto, leído conjuntamente y ratificado de forma individual ante los Evangelios, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias da la solemne orden de “Extra omnes!” (¡Fuera todos!), indicando que todos aquellos ajenos al Cónclave deben salir del recinto. Sólo permanecen él mismo y el eclesiástico encargado de predicar a los Cardenales la segunda de las meditaciones sobre los problemas de la Iglesia contemporánea. Terminada ésta, tanto el predicador como el Maestro de las Celebraciones deben salir también. Las puertas quedarán cerradas y con Guardias Suizos protegiéndolas.
Los Purpurados escucharán la meditación del Cardenal Prosper Grech, tras lo cual procederán a la primera votación.
A las 19.00 los Cardenales rezarán las vísperas y a las 19.30 regresarán a la Casa de Santa Marta.

A partir de mañana, 13 de marzo, los Purpurados se trasladarán de la Casa de Santa Marta a la Capilla Paolina a las 7.45, donde a las 8.15 celebrarán Misa.
Los Cardenales ingresarán a la Capilla Sixtina a las 9.30, donde rezarán la Hora Media, antes de proceder a la votación.
Entre 12.00 y 12.30, retornarán a la Casa de Santa Marta, para regresar a la Capilla Sixtina tras el almuerzo, a las 16.00.
En la Capilla Sixtina rezarán brevemente, para reanudar la votación a las 19.00.


Votaciones y escrutinio

 El procedimiento de escrutinio se desarrollará en tres fases: preparación y distribución de las papeletas por parte de los Ceremonieros, quienes entregarán dos o tres a cada cardenal elector; elección por sorteo de tres escrutadores (de entre los cardenales), de tres encargados de recoger los votos de los enfermos y de tres revisores, y si entre los elegidos por sorteo salen cardenales electores enfermos se extraerán los nombres de otros no impedidos.

Las papeletas tendrán forma rectangular y llevarán escrita en la mitad superior las palabras “eligo in summun pontificem”, mientras que la parte inferior estará en blanco para que se escriba allí el nombre del elegido.

Cada cardenal deberá escribir el nombre con una caligrafía lo más irreconocible posible y poner sólo uno, más harían el voto nulo.

Para asegurar que los cardenales estén solos, en el momento de la votación saldrán de la Sixtina el secretario del Colegio de Cardenales, el Maestro de Celebraciones Pontificias y los ocho ceremonieros.

Una vez escrito el nombre en la papeleta, cada cardenal llevará la suya, de forma bien visible, hasta la urna. Delante de los escrutadores pronunciará él juramento: “Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien en presencia de Dios, creo que debe ser elegido”.
Después colocará la papeleta en un plato y con éste la introducirá en la urna y luego volverá a su sitio.

Si alguno de los cardenales electores no puede ir hasta el altar a llevar su papeleta, un escrutador se encargará de hacerlo, después de que el purpurado pronuncie la fórmula.

Una vez que todos los cardenales electores hayan introducido su papeleta se procede a contarlas. Si el número de las mismas no corresponde al de electores se procederá a quemarlas inmediatamente y se realizará una segunda votación.

Si todo está en orden, los escrutadores se sientan en una mesa colocada delante del altar. El primero toma una papeleta, la abre y mira el nombre del elegido y la pasa al segundo, que hace lo mismo y la pasa al tercero, el cual lee en voz alta e inteligible el nombre, para que todos puedan escucharlo y anotarlo.

Concluido el escrutinio, se suman los votos obtenidos por los diferentes nombres y se anota. El último escrutador que lee las papeletas las va perforando con una aguja en el punto donde aparece la palabra “eligo” y la inserta en un hilo.

Al final se atan los extremos del hilo con un nudo y las papeletas así unidas se ponen en un recipiente o al lado de la mesa.

Las fumatas

Las fumatas, se producen con la quema de las papeletas de la votación final de la mañana o de la tarde. Esto será alrededor de las 12.00 en el primer caso y de las 19.00 en el segundo.
Si la elección se produjese en una votación intermedia, la ‘fumata’ saldría a mitad de la mañana (10.30) o de la tarde (17.30)






Duración del Cónclave

Si no se llegase a elegir al Papa durante los primeros cuatro días de votación, en el quinto se producirá una pausa de oración y libre coloquio de los Cardenales.
Los escrutinios se reanudarán en los mismos horarios durante los dos días siguientes, intercalando siempre una pausa para la oración, hasta llegar al undécimo día y el 34º escrutinio.
En ese caso se aplica el nuevo art. 75 de la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, modificado por Benedicto XVI con el reciente Motu Proprio, que establece que también en estas votaciones para la validez de la elección se requiere la mayoría cualificada de al menos dos tercios de los sufragios de los Cardenales presentes y votantes.
En estas votaciones, los dos nombres que tienen voz pasiva carecen de voz activa, lo que significa que los dos candidatos con el mayor número de votos tienen que ser votados, pero no pueden votar.




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