Fueron hallados 12 cuerpos sin vida en las riberas del río Queiq en la zona de la ciudad de Alepo. Medios de información sirios destacan que desde comienzos de enero pasado, el curso de agua que los activistas de la oposición han rebautizado ‘el río de los mártires’, ha devuelto unos ochenta cadáveres.
Los nuevos cadáveres, según imágenes difundidas por los activistas de la oposición y no verificables por fuentes independientes, muestran heridas de bala y permiten pensar en víctimas de ejecuciones extrajudiciales de las que ambos bandos en lucha –el gobierno del presidente Bashar Al Assad y los rebeldes– se acusan mutuamente.
Complican una situación ya turbia las revelaciones contenidas en un informe de expertos del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que fue presentado hoy en Ginebra (Suiza) y del que amplios fragmentos circularon en la prensa. Según los autores del dossier, el gobierno de Damasco estaría utilizando milicias, incluyendo a los Comités Populares de algunas regiones, para llevar a cabo auténticas masacres.
“Las masacres llevadas a cabo por los Comités Populares a veces tomaron connotaciones interconfesionales”, dice el documento preparado por una comisión investigadora independiente. Siempre según el informe, las autoridades habrían comenzado recientemente a integrar Comités –formalmente encargados de la autodefensa de zonas o barrios– con una nueva fuerza paramilitar denominada ‘Fuerza de Defensa Nacional’.
Según las estimaciones de la ONU, en dos años de guerra civil en Siria han muerto más de 7.000 personas.
Los nuevos cadáveres, según imágenes difundidas por los activistas de la oposición y no verificables por fuentes independientes, muestran heridas de bala y permiten pensar en víctimas de ejecuciones extrajudiciales de las que ambos bandos en lucha –el gobierno del presidente Bashar Al Assad y los rebeldes– se acusan mutuamente.
Complican una situación ya turbia las revelaciones contenidas en un informe de expertos del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que fue presentado hoy en Ginebra (Suiza) y del que amplios fragmentos circularon en la prensa. Según los autores del dossier, el gobierno de Damasco estaría utilizando milicias, incluyendo a los Comités Populares de algunas regiones, para llevar a cabo auténticas masacres.
“Las masacres llevadas a cabo por los Comités Populares a veces tomaron connotaciones interconfesionales”, dice el documento preparado por una comisión investigadora independiente. Siempre según el informe, las autoridades habrían comenzado recientemente a integrar Comités –formalmente encargados de la autodefensa de zonas o barrios– con una nueva fuerza paramilitar denominada ‘Fuerza de Defensa Nacional’.
Según las estimaciones de la ONU, en dos años de guerra civil en Siria han muerto más de 7.000 personas.
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