Más de seis millones de personas en Angola, Zimbabwe, Lesotho y Malawi presentan riesgo de malnutrición y enfermedades debido a varios ciclos de sequías e inundaciones, advirtió hoy el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
De acuerdo con la Federación Internacional de la Cruz Roja y las Sociedades de la Media Luna Roja (FICR), la crisis está pasando en buena parte inadvertida para el mundo exterior, mientras sus peticiones de apoyo financiero obtienen una respuesta limitada.
Millones de personas en todo el sur de África están pagando el precio de los continuos ciclos de sequía severa seguidos de inundaciones, no es una nueva crisis, es una situación que se ha vuelto crónica, explicó en rueda de prensa la portavoz de la FICR, Jessica Sallabank.
Los países más afectados son Malawi, donde unos dos millones de personas están en riesgo de sufrir falta de alimentos; Angola, con más de un millón 800 mil; Zimbabwe, con unos un millón 600 mil personas en las áreas rurales; y Lesotho, donde más de 700 mil personas se encuentran en esa situación.
La gente no tiene suficiente para comer o agua limpia para beber, señaló en un comunicado Alexander Matheou, representante regional del CICR en el sur de África, donde, según manifestó, la malaria, el cólera y la diarrea son enfermedades comunes.
Señaló que una complicación añadida es el predominio del VIH en el sur del continente, pues cerca de un 34 por ciento de las personas con el virus en todo el mundo viven en esa zona, mientras un 23,2 por ciento de los habitantes de Lesotho están infectados.
La organización advirtió que la falta de comida puede socavar los esfuerzos por contrarrestar la expansión del VIH, porque el efecto de malestar que causa el tratamiento con anti retrovirales en un estómago vacío hace que muchos pacientes dejen de tomarlo.
Al mismo tiempo, la FICR mostró su preocupación por el número creciente de mujeres y jóvenes que se prostituyen, en muchos casos obligadas, con el fin de obtener alimentos para su familia.
Tiene que haber un esfuerzo bien financiado, a gran escala, coordinado entre gobiernos, empresas y agencias humanitarias y de desarrollo para aliviar el sufrimiento inmediato y apoyar a la gente para construir modos de vida económicamente viables, apuntó Matheou.
Una petición realizada en octubre para financiar los programas del CICR en Lesotho ha recaudado un 17 por ciento de su objetivo, mientras otra para Angola solo ha cubierto un cuatro por ciento de lo pedido.
En el caso de Malawi y Zimbabwe, las peticiones realizadas en octubre y diciembre tuvieron una respuesta mejor, con 57 por ciento del total que se pedía para Malawi, y 33 por ciento de lo solicitado para Zimbabwe.
De acuerdo con la Federación Internacional de la Cruz Roja y las Sociedades de la Media Luna Roja (FICR), la crisis está pasando en buena parte inadvertida para el mundo exterior, mientras sus peticiones de apoyo financiero obtienen una respuesta limitada.
Millones de personas en todo el sur de África están pagando el precio de los continuos ciclos de sequía severa seguidos de inundaciones, no es una nueva crisis, es una situación que se ha vuelto crónica, explicó en rueda de prensa la portavoz de la FICR, Jessica Sallabank.
Los países más afectados son Malawi, donde unos dos millones de personas están en riesgo de sufrir falta de alimentos; Angola, con más de un millón 800 mil; Zimbabwe, con unos un millón 600 mil personas en las áreas rurales; y Lesotho, donde más de 700 mil personas se encuentran en esa situación.
La gente no tiene suficiente para comer o agua limpia para beber, señaló en un comunicado Alexander Matheou, representante regional del CICR en el sur de África, donde, según manifestó, la malaria, el cólera y la diarrea son enfermedades comunes.
Señaló que una complicación añadida es el predominio del VIH en el sur del continente, pues cerca de un 34 por ciento de las personas con el virus en todo el mundo viven en esa zona, mientras un 23,2 por ciento de los habitantes de Lesotho están infectados.
La organización advirtió que la falta de comida puede socavar los esfuerzos por contrarrestar la expansión del VIH, porque el efecto de malestar que causa el tratamiento con anti retrovirales en un estómago vacío hace que muchos pacientes dejen de tomarlo.
Al mismo tiempo, la FICR mostró su preocupación por el número creciente de mujeres y jóvenes que se prostituyen, en muchos casos obligadas, con el fin de obtener alimentos para su familia.
Tiene que haber un esfuerzo bien financiado, a gran escala, coordinado entre gobiernos, empresas y agencias humanitarias y de desarrollo para aliviar el sufrimiento inmediato y apoyar a la gente para construir modos de vida económicamente viables, apuntó Matheou.
Una petición realizada en octubre para financiar los programas del CICR en Lesotho ha recaudado un 17 por ciento de su objetivo, mientras otra para Angola solo ha cubierto un cuatro por ciento de lo pedido.
En el caso de Malawi y Zimbabwe, las peticiones realizadas en octubre y diciembre tuvieron una respuesta mejor, con 57 por ciento del total que se pedía para Malawi, y 33 por ciento de lo solicitado para Zimbabwe.
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