Las autoridades de Kenia aprobaron una directiva que ordena a los miles de refugiados que se encuentran en las ciudades que regresen a sus campamentos. Así lo anunció hoy, a través de un comunicado publicado por la prensa, el comisionado para los Refugiados del Ministerio de Inmigración, Badu S. Katelo, quien relacionó la presencia de refugiados en los centros urbanos con “el aumento de la inseguridad” en el país.
Según reza el comunicado, todos los solicitantes de asilo y refugiados somalíes deberán presentarse en los campos de Dadaab (noreste, en la frontera con Somalia), mientras que los solicitantes de asilo oriundos de otros países deberán concurrir al campo de Katuma (noroeste, en la frontera con el Sudán del Sur), puesto que “ya no se distribuirá más ayuda ni asistencia en los centros de refugiados que se encuentren en los centros urbanos”.
Esta medida afectará de diferentes formas a 100.000 refugiados aproximadamente que viven en el país.
La decisión del gobierno keniano se produce tras una serie de explosiones ocurridas en las últimas semanas en el barrio de Eastleigh, en Nairobi, habitado en su mayoría por ciudadanos somalíes, y de ataques contra las fuerzas de seguridad en varias zonas del norte del país, donde hay muchas comunidades originarias de la vecina Somalia.
El ejército de Kenia está presente en el sur de Somalia desde octubre de 2011. Su intervención en el país vecino, junto con los soldados africanos de la AMISOM, contribuyó a la derrota de los rebeldes Al Shabab en Kismayo y en el resto del país. Los rebeldes amenazaron varias veces con vengarse en suelo keniano por la ofensa que sufrieron, pero hasta el momento nadie ha reivindicado los atentados ocurridos en el país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario