domingo, 2 de diciembre de 2012

La esclavitud no es algo del pasado.

(Estos datos han sido tomados de un informe de la CONFER, Confederación Española de Religiosos, que publicaron con motivo del Día de la Lucha contra el Trabajo Infantil.

Aunque se centra en la esclavitud de los niños y niñas, sirve para hacerse una idea de lo que es la esclavitud en general en nuestros días. 

La esclavitud no es algo del pasado. Infelizmente existe en nuestros días, y la sociedad occidental es, no la única pero sí, co-responsable, de que siga existiendo.)


"En las últimas décadas las mafias de traficantes y contrabandistas introdujeron a unas 35.000 personas al año en Europa occidental a través de Trieste (Italia). A miles de kilómetros de Europa, otros grupos de inmigrantes huyen de América Central hacía “el norte”, hacia los EE.UU. Entre ellos un colectivo de grandes dimensiones es la infancia.

En la India y Afganistán, niños y niñas trabajan en la industria del ladrillo cargando con pesadas cantidades de éstos mientras los hombres alimentan el fuego. Los dueños de los hornos reclutan a los niños entre las familias humildes, a las que prestan dinero para la asistencia médica o la celebración de un funeral. Los intereses desorbitados de los préstamos perpetúan la deuda, que pasa de padres a hijos.
Brasil, donde los esclavos hacen el carbón usado en la fabricación de acero para automóviles y otras piezas de maquinaria.

En Myanmar (Birmania), cosechan caña de azúcar y otros productos agrícolas.
En China, los niños esclavos preparan explosivos y fuegos de artificio utilizados en la pirotecnia.
En Sierra Leona, se surte de esclavos para extraer los diamantes de las minas.
En la República Democrática del Congo, muchos niños son esclavizados y explotados en la extracción de la casiterita y coltán, elementos usados e indispensables para los PC, mp3, teléfonos móviles y un sin fin de instrumentos que cotidianamente usamos los/as que habitamos en el llamado “primer mundo”.
En Benin y Egipto, los esclavos producen algodón. Se calcula que un millón de niños son forzados a trabajar en el sector algodonero porque son más baratos y obedientes que los adultos y tienen la estatura idónea para inspeccionar las plantas de algodón.
En Costa de Marfil, unos 12.000 niños recogen las semillas del cacao que se exportan para la elaboración del chocolate.

¿En España?
Indirectamente esta esclavitud entra a formar parte de nuestra vida de cada día. De hecho, puede ser que los plátanos que comemos y el café que gustamos estén empapados del sudor de muchos niños y niñas latinoamericanos/as o africanos/as. Puede ser que las alfombras que pisamos estén tejidas por esclavos adultos o niños paquistaníes; cortinas, camisas, joyas y otros manufacturados podrían ser fruto del trabajo oculto y forzado de menores de la India ; balones y juguetes de nuestros niños podrían gotear sangre de tantos menores asiáticos y caribeños.

Las esclavitudes han cambiado. Han evolucionado las formas de violencia, de constricción, de transporte, de rescate, de compra, de explotación y de venta de las victimas. Actualmente esta muy unida al comercio de seres humanos, mujeres y niños, lo que se llama la “trata de personas”".

No hay comentarios:

Publicar un comentario