Tras el golpe militar del 12 de abril, parece que no hay un peligro inmediato de estallido de violencia en Guinea Bissau. Aunque la situación política se complica por momentos.
El día 19, los partidos políticos firmaron un acuerdo con los militares golpistas, por el que se establecía un período de transición de dos años.
Se ha disuelto el Parlamento, y el Gobierno y el Primer Ministro han sido destituídos.
Se ha nombrado un Consejo Nacional de Transición, y se ha designado como presidente a D. Manuel Serifo Nhamadj.
La CEDEAO, Comunidad de Estados de África Occidental, ha considerado inconstitucional este procedimiento.
La Comunidad de Países de Habla Portuguesa, en la que se encuentra incluída Guinea Bissau, ha hecho un llamamiento a la ONU para que envíe efectivos militares al país para mantener la paz. Tambien ha solicitado la adopción de medidas internacionales para presionar a los militares y partidos políticos, para volver a los cauces constitucionales, y permitir la liberación de los líderes políticos arrestados por los golpistas.
La mayoría de la población también está en contra de este acuerdo de transición entre los militares y los partidos.
Ayer mismo, los líderes del golpe de estado, han convocado a los dirigentes religiosos y sociales del país, para que les ayuden a explicar a la población los motivos del golpe militar.
Hay que recordar que los militares habían argumentado que el Primer Ministro y el Presidente en funciones, actualmente arrestados, habían firmado un acuerdo para permitir que el ejército de Angola interviniese en el país.
Pero la población no entiende, o no cree, los motivos que originaron el golpe de estado, con lo cual se vive una tensa situación interna.
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