martes, 12 de junio de 2012

Minas antipersona de factura italiana en conflicto de Sudán

La ‘Small Arms Survey’, un proyecto de investigación independiente del Instituto de Estudios Internacionales y Desarrollo de Ginebra, fotografías y otras pruebas   de que se han empleado recientemente minas antipersona de fabricación italiana, o de modelo italiano, en la zona fronteriza entres Sudán y Sudán del Sur.

En las fotos que han llegado a manos de los investigadores del Instituto se pueden reconocer minas TS-50 y VS-50 de un arsenal  situado en Bentiu. La TS-50 es una mina circular que hasta unos años atrás era producida por la empresa Valsella Meccanotecnica. Un artefacto ampliamente utilizado en muchas zonas de conflicto y producido bajo licencia también en Egipto.
También la VS-50 era una mina producida pro la Valsella Meccanotecnica: resistente a los golpes, no contiene suficientes explosivos para matar, pero sí bastante como para herir gravemente los miembros inferiores. Esta última mina ha sido producida en base a un acuerdo también en Singapur, país que no ha firmado el Tratado de Ottawa para la prohibición de las minas.

Mina antipersona VS-50
Según indica la Agencia Misna, por el material que tienen a su disposición los investigadores suizos, parece que el arsenal fue utilizado entre marzo y abril de este año, período durante el cual los ejércitos de ambos países se enfrentaron en una zona limítrofe reivindicada por ambos. No está claro cual de las partes beligerantes las ha utilizado.

“Esta noticia –dice a la MISNA Giuseppe Schiavello, director de la Campaña Italiana contra las Minas– demuestra que las minas siguen siendo utilizadas en conflictos olvidados o lejos de los reflectores de los medios. Por los datos  disponibles no sabemos si las minas en cuestión han sido producidas en Italia años atrás, o en otras partes más recientemente. De todos modos los modelos son italianos y en el pasado sucedió también que las minas italianas fueron copiadas porque eran consideradas las mejores en circulación”. Italia ha aplicado una moratoria sobre las minas en 1994 y luego adhirió al tratado de Ottawa.

Según Schiavello los hechos de Sudán deben hacer reflexionar sobre la necesidad de compartir normas internacionales y vinculantes sobre el comercio de armas, para evitar que circulen como hasta ahora con gran facilidad y pocos controles,  artefactos explosivos y otros instrumentos de muerte. “Desde este punto de vista, las negociaciones que comenzarán en pocas semanas en Nueva York para un Tratado sobre el Comercio de Armas son decisivas y podrían contribuir a hacer menos armado un mundo en el que la circulación de armas con frecuencia dispara conflictos con graves consecuencias para la población civil, incluso años después, como sucede con los campos minados y las bombas racimo”

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