La
Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), ha confirmado que por lo menos 13.000 personas se vieron
obligadas a abandonar sus casas en la región suroeste de Costa de
Marfil, luego de la oleada de ataques contra la ciudad de Taï y las
aldeas de los alrededores.
Informa también la OCHA de que desde el 8 de junio perdieron la vida 22 personas en cinco
ataques. Siete de las víctimas eran ‘cascos azules’ de la misión de paz
de la ONU, ‘ONUCI’.
A pesar de los patrullajes de soldados
marfileños y liberianos con el apoyo de los cascos azules en la zona
fronteriza con Liberia, la población está “traumatizada” y vive en un
estado de constante “temor y pánico” también a causa de rumores de
posibles nuevos asaltos. Al mismo tiempo, los trabajadores humanitarios
deploran la inseguridad difundida en la zona y que dificulta la entrega
de ayudas. “Casi todos los desplazados viven en casas de familiares que
los han recibido –declaró Ute Kollies, responsable de la OCHA en el
país– pero la supervivencia diaria es difícil: con frecuencia un núcleo
de cinco personas ha acogido a otras 15 o 20”.
Oficialmente la responsabilidad de la ola
de ataques ha sido atribuida a hombres armados llegados de Liberia,
presumiblemente ex-milicianos o mercenarios que en el pasado estuvieron
en la nómina del ex-presidente Laurent Gbagbo, derrotado en las
elecciones del 2010 por el actual mandatario Alassane Dramane Ouattara.
Muchos de los partidarios de Gbagbo, tanto personalidades políticas como
militares, se refugiaron en Liberia y en Ghana al fin de la crisis
postelectoral, en abril del 2011. El ex-mandatario se encuentra detenido
ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya, acusado de
crímenes de lesa humanidad y la próxima audiencia está prevista para el
13 de agosto.
Mientras tanto, el gobierno marfileño ha
lanzado una decena de mandatos de captura contra integrantes de primera
línea del régimen anterior que podrían estar implicados en la última
oleada de violencia. Entre los buscados por la justicia se encuentra
Charles Blé Goudé, líder de los ‘jóvenes patriotas’ que huyó a un no
precisado país del África occidental. Ayer un tribunal de Monrovia
decidió extraditar a Abiyán a 41 marfileños fugados a Liberia y que
están acusados de haber participado en la violencia que el año pasado
siguió a las elecciones presidenciales. Todos fueron arrestados el 19 de
abril del 2011 por soldados de la Misión de la ONU en Liberia, MINUL,
en la frontera entre ambos países.
Ayer en Abiyán se realizó un
encuentro entre representantes del gobierno y exponentes políticos
partidarios de Gbagbo, en el marco de una reanudación del diálogo
inter-marfileño inaugurado en abril. El mediador de las conversaciones fue
el ministro del Interior Hamed Bakayoko.
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