Son contradictorias y aún poco claras las
noticias que llegan desde Bakouma, una ciudad del sureste de la
República Centroafricana, atacada el domingo pasado por un grupo de
hombres armados. Los medios internacionales y en particular franceses de
comunicación hablan de un hecho que concluyo con el hurto de alimentos y
el intento de saqueo de la sede local de ‘Areva, la empresa francesa
que controla una mina de uranio en esa zona.
Según testimonios directos transmitidos
por Radio Ndeke Luka, el grupo armado habría estado compuesto de por lo
menos 200 hombres, calificados de “tongo-tongo”. En la lengua local, ese
término se usa para indicar a los integrantes del ‘Ejército de
Resistencia del Señor’ (LRA), un grupo rebelde de origen ugandés que
actúa en la República Centroafricana, en Sudán del Sur y en la vecina
República Democrática del Congo. Sin embargo, la misma radio agregó que
dicha información no pudo ser confirmada por otras fuentes.
La versión que presenta el ejército habla
en cambio de hombres no identificados que han intentado atacar la sede
de ‘Areva’ y que se retiraron inmediatamente después, sin causar
víctimas.
Según Radio Ndeke Luka, la retirada
habría sido parcial y solamente de la ciudad de Bakouma: según algunos
testigos oídos por la emisora, los rebeldes continuarían ocupando la
sede de ‘Areva’, ubicada a unos 8 kilómetros de la ciudad. La
incertidumbre se centra particularmente en la suerte que habrían corrido
algunos ciudadanos franceses y centroafricanos, empleados de ‘Areva’.
Según fuentes diplomáticas francesas oídas por la agencia AFP, la
embajada de París en Bangui está en contacto con ellos y “está buscando
la solución más adecuada”
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