Por lo menos 12 personas murieron –nueve
de ellas extranjeras– en una calle que lleva al aeropuerto de Kabul, en
un atentado suicida contra un minibús. El ataque fue reivindicado por
un grupo islámico afgano como represalia por el video anti-islámico ‘La
inocencia de los musulmanes’que desde hace días está causando protestas
en los cuatro rincones del mundo.
Según la información difundida por la
policía, a las 6.45 (hora local) una mujer de 22 años se lanzó, a bordo
de un pequeño automóvil cargado de explosivos, contra el vehículo que
transportaba a nueve empleados de una empresa extranjera del sector
aeronáutico hacia el terminal internacional del aeropuerto. El ataque se
llevó a cabo en la carretera principal que conecta a la capital con el
aeropuerto, a la altura del distrito 15. En el lugar se desplegó un
imponente operativo de seguridad y la circulación quedó bloqueada
durante varias horas.
Poco después, en un mensaje de correo
electrónico enviado a agencias de prensa internacionales, el ataque fue
reivindicado por un tal Zubair Sidiqi, que se presentó como portavoz del
grupo Hizb-i-Islami, liderado por Gulbuddin Hekmatuar, un ex-primer
ministro. Por importancia, Hizb-i-Islami es el segundo grupo armado
activo en Afganistán, después del de los talibanes. Tiene su feudo en el
este del país y en el pasado se había mostrado más propenso a las
negociaciones de paz que los talibanes. Algunos observadores locales
inmediatamente destacaron que se trataba de una acción “insólita” para
Hizb-i-Islami: sería la primera vez que el grupo recurrió a un atentado
suicida, y además llevado a cabo por una mujer.
El de hoy es el segundo ataque que se
produjo en Kabul en apenas diez días. El 8 de septiembre un adolescente
se hizo estallar ante el cuartel general del ISAF (misión de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte en Afganistán), causando la
muerte de cinco personas y heridas a otras seis, entre ellos varios
niños. Justamente hoy las fuerzas armadas de la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán anunciaron que se limitará el
número de sus operaciones conjuntas con las fuerzas afganas después del
recrudecimiento de la violencia contra sus soldados. El pasado fin de
semana cuatro militares estadounidenses y dos británicos murieron en
manos de sus pares afganos. Se trata de un tipo de hechos que se está
repitiendo con cierta frecuencia. En vista de la completa retirada de
las tropas extranjeras hasta el 2014, en los últimos meses el ISAF ha
reforzado su cooperación con el ejército afgano para formar y adiestrar a
las tropas que en menos de dos años deberán hacerse cargo de la
seguridad del país.
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