La Corte Suprema, el presidente de la República, la nueva Constitución o
la sociedad civil. Según un editorial publicado por la Agencia de
Prensa de Sudán del Sur estos son los caminos para llegar a una
moratoria o a la abolición de la pena de muerte, en el Estado más joven
del mundo.
El texto fue publicado pocos días después de la ejecución de dos
condenas en la prisión central de Juba. Sus autores son la abogada y
activista Elizabeth Ashamu y el director de la Sociedad de Estudios de
Jurisprudencia de Sudán del Sur, David Deng.
La tesis es que el Estado que se independizó en julio de 2011 puede y debe adherirse a la “tendencia mundial” hacia la abolición de la pena de muerte, una tendencia que se evidencia en las resoluciones para una moratoria aprobada en varias ocasiones por la Asamblea General de la ONU.
Según los autores, hay muchas maneras de lograr este objetivo. En primer lugar, la Corte Suprema puede detener la ejecución basándose en la falta de asistencia legal de los acusados, un hecho muy común en Sudán del Sur. Además, toda condena debe ser autorizada por el Jefe de Estado, el cual tiene derecho a negarse a firmar. Una tercera forma es el paso de la Constitución transitoria, vigente desde 2011, a una definitiva, que está en fase de elaboración. En el artículo se recuerda que la pena de muerte fue introducida por los colonizadores británicos a principios de 1900. Los autores señalan que la abolición de la misma sería compatible con las tradiciones y las “leyes consuetudinarias” de las comunidades de Sudán del Sur.
La información la facilita la Agencia Misna.
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