Causó estupor en Egipto la sentencia por
ataques contra puestos de la policía en el Sinaí, que incluye 14
condenas a muerte y cuatro a cadena perpetua contra otros tantos
militantes islamistas. La prensa insiste en la noticia de una “condena
ejemplar”, pronunciada mientras en el aula del tribunal de Ismailiya
resonaban los gritos de los imputados que acusaban al presidente egipcio
Mohammed Morsi de ser un “infiel”.
“Se trata de un momento delicado para las
autoridades” observa el periódico ‘Al masry al youm’ para el cual la
sentencia podría fomentar desórdenes y tensiones en la península que
durante la presidencia de Hosni Mubarak se convirtió en una de las
regiones más revoltosas y menos controladas por las fuerzas regulares.
En esta situación, en la que las relaciones entre las tribus locales
cuentan más que la legalidad impuesta por un gobierno lejano de las
exigencias locales, han proliferado con el tiempo diferentes milicias y
grupos rebeldes.
La sentencia para el periódico ‘Al Ahram’
“muestra la determinación del gobierno de poner fin a la actividad de
los militantes a lo largo de la frontera”, que había aumentado con la
caída del viejo régimen en febrero del 2011.
El 5 de agosto un grupo de hombres
armados atacaron y mataron a 16 guardias fronterizos egipcios,
provocando una fuerte ofensiva del ejército que aún no ha acabado en la
península. Los imputados fueron declarados culpables de pertenencia al
grupo ‘Tawheed wa al jihad’ (‘Monoteismo y jihad’) –considerado
responsable también de los atentados contra centros turísticos en la
península en el 2004 y 2005 que causaron la muerte de 34 personas– y del
asesinato de tres oficiales de policía, un soldado y un civil, en
ataques llevados a cabo entre junio y julio de este año.
Solo seis de los imputados se encontraban presentes en la sala del tribunal. Los otros fueron condenados ‘in absentia’.
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