Finalizó con el compromiso de “apoyar y animar a Malí en sus esfuerzos
por la recuperación legítima de su integridad territorial”, la reunión
de ministros de Defensa y de Relaciones Exteriores de la Comunidad
Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO), que tuvo lugar ayer
en Abiyán, Costa de Marfil, país que tiene la presidencia de turno de
la organización regional.
Ahora, las propuestas elaboradas por los jefes de Estado Mayor de los ejércitos de los países del África Occidental serán presentadas por los respectivos ministros de Defensa y de Relaciones Exteriores a los presidentes de los Estados miembros de la CEDEAO.
La organización regional también pidió formalmente al Consejo de Seguridad de la ONU “medios militares importantes para participar en enfrentamientos duros y ayudar a las fuerzas de Malí a recuperar el Norte, controlado por movimientos islamistas”.
El plan elaborado por la CEDEAO prevé una intervención en tres etapas, pero sólo en la última podrían participar tropas extranjeras (según lo solicitado por el presidente de Malí Dioncounda Traoré). También debido a la falta de medios, la CEDEAO y la Unión Africana (UA) deberán obtener el visto bueno formal de la ONU para poner en práctica su intervención. Hasta el momento, los 15 Estados miembros del Consejo de Seguridad han pedido más detalles, antes de dar su consentimiento.
“Aquí en Bamako, la gente siguen sin ver de buena forma un despliegue de soldados enviados por la CEDEAO, también porque la organización regional no goza de gran credibilidad. Muchos critican su impotencia, su lentitud en la toma de decisiones concretas”, dijo a la MISNA el padre Thimoté Diallo, párroco de la catedral de la capital.
Lo que ayudó a alimentar el descontento general fue la decisión de la CEDEAO de bloquear grandes cantidades de armas en Abiyán y Conakry, ordenadas por Bamako en vista de un operativo de sus tropas en las regiones del norte.
“En la capital hay un mayor clima de miedo después del asesinato, ocurrido hace dos semanas, de 16 de predicadores de la secta Dawa. La gente teme represalias y tener que pagar el alto precio por el error que pueden haber cometido nuestros soldados. El hecho de que la línea de conflicto se haya desplazado hacia Douentza, en el centro del país, y que incluso podría ir más al sur, no ayuda a que los habitantes de las regiones del sur vivan tranquilos”, agregó el padre Diallo. El 1º de septiembre, la estratégica ciudad de Douentza fue conquistada por el Movimiento para la Unidad y la Yihad en África Occidental (MUJAO), uno de los grupos armados islámicos que desde hace cinco meses controlan las regiones de Kidal, Gao y Tombuctú.
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