“Sin la participación directa y sincera
de los tuareg, es ilusorio esperar una solución definitiva y una paz
duradera”. Esta frase, que suena al mismo tiempo como una exigencia y
una amenaza, proviene del representante en Europa del Movimiento
Nacional para al Liberación de de Azawad (MNLA), Mossa Ag Attaher, en
una carte dirigida al secretario general de al ONU, Ban Ki-moon, según informa la Agencia Misna.
El
grupo rebelde independentista tuareg lanzó su ofensiva en la región
norte de Mali el pasado 17 de enero, para luego estrechar alianzas de
conveniencia con los grupos armados islámicos –Ansar Al Din y el
‘Movimeinto por la Unidad y la Jihad en África occidental’ (MUJAO)– que
al final han terminado por dominar al MNLA.
La misiva, titulada ‘Cancelar la plaga
del terrorismo islámico y del narcotráfico en el Sahel’, coincide con
una serie de encuentros que se llevan a cabo en estos días en la
Naciones Unidas, que deberían pronunciarse con una resolución del
Consejo de Seguridad sobre el envío de tropas africanas para
reconquistar el norte del país. En realidad la comunidad internacional
no logra una posición común sobre la estrategia a aplicar en Mali y en
general en el Sahel, y hasta ahora sólo logró acordar el nombramiento de
un emisario especial.
Después de manifestar su “disgusto por la
crisis de confianza de la comunidad internacional ante el MNLA”, Ag
Attaher destacó que “no puede haber ninguna alianza” con los grupos
islámicos, y agrega que los tuareg son “los únicos aliados creíbles e
indispensables en la lucha contra las fuerzas oscuras implantadas en
Azawad”. El representante del grupo rebelde en el viejo continente
precisó además haber escrito la carta en nombre del Consejo de
Transición de Azawad, el gobierno provisorio instituido por le
movimiento tuareg.
En espera de la autorización formal de la
ONU para una intervención de la Comunidad Económica de Estados del
África Occidental CEDEAO), para nada descontado vistas las divergencias
que surgieron en los últimos días en la ONU, el presidente sudafricano
Jacob Zuma manifestó su disponibilidad para “proveer de tropas a sumar a
las otras fuerzas para resolver el problema”. El representante
diplomático de Francia –uno de los países que apoya con mayor convicción
la opción militar–, ministro Laurent Fabius insistió en el hecho de que
“el tiempo que se pierda en pasar a la acción significa reforzar a los
terroristas”. El ministro agregó que “aún debemos persuadir a los rusos,
chinos y estadounidenses” antes de la reunión del Consejo de Seguridad
de la próxima semana. A pesar de que Washington optó por una línea
prudente, ha llegado la noticia de un coloquio ‘operativo’ entre el
comando estadounidense en África, el general Carter, y el presidente
mauritano el presidente mauritano Mohamed Ould Abdel Aziz. Mauritania
–junto a Argelia y Níger– hasta ahora se negó a participar en una
eventual misión militar en Mali, a pesar de haber lanzado varias
operaciones en su territorio para frenar la acción de milicianos de Al
Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
El debate sobre el futuro de Mali
obviamente es muy seguido desde Bamako, tanto por los gobernantes como
por la gente común y sobre todo los militares, divididos en cuanto a la
respuesta que se deba dar al conflicto en el norte. No han pasado
inobservados los desórdenes de ayer en un campo de la policía y las
continuas tensiones entre “boinas rojas” (paracaidistas y guardias del
ex-presidente Amadou Toumani Touré y los “boinas verdes” cercanos a la
junta militar del comandante Amadou Haya Sanogo que el pasado 22 de
marzo destituyó al presidente ‘ATT’. Esta mañana efectivos en uniforme
habrían arrestado al general Sadio Gassama, el último ministro de
Defensa de Touré.
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