Según informa la Agencia Reuters, el papa Benedicto XVI pidió ayer que se frenen las
importaciones de armas a Siria, señalando que esto ayudará a terminar
con la guerra civil en el país, y dijo que la Primavera Árabe era un
"grito de libertad" positivo siempre y cuando incluya la tolerancia
religiosa
Benedicto XVI habló en su avión en un vuelo hacia Beirut, a solo
50 kilómetros de la frontera con Siria, donde realizará una visita de
tres días centrada en la promoción de la paz en Oriente Próximo y la
armonía entre la minoría cristiana y la mayoría musulmana.
Líderes religiosos cristianos, suníes, chiíes y drusos se unieron
a la elite política libanesa en el recibimiento al Papa a su llegada al
país, escenificando una armonía que no puede verse en ningún otro lugar
de la región, golpeada ahora por protestas por una película antislam.
"La importación de armas tiene que parar finalmente", dijo
Benedicto XVI, de 85 años, a periodistas en el avión. "Sin la
importación de armas la guerra no podría continuar. En lugar de importar
armas, que es un pecado grave, tenemos que dar ideas de paz y
creatividad".
Los levantamientos de la Primavera Árabe contra los regimenes
autoritarios fueron "algo positivo. Hay un deseo de más democracia, más
libertades, más cooperación y renovación", dijo.
Pero añadió que tenían que incluir tolerancia para las demás
religiones. Preguntado sobre los temores de los cristianos por el
aumento de las agresiones de islamistas radicales, el pontífice dijo:
"El fundamentalismo es siempre una falsificación de la religión".
Los principales grupos de fe del país, que sufrió una guerra
civil con tintes sectarios en 1975 y 1990, han acogido bien la visita.
Entre las pancartas que recibían a Benedicto XVI en la carretera desde
el aeropuerto había varios del grupo chií Hezbolá.
LÍBANO COMO MODELO
En los barrios cristiano de la capital, fotografías de Papa
alemán podían verse en cada calle y las campanas de las iglesias
repicaron durante la mañana del viernes
.
"El Papa está con nosotros", señalaba el diario Al Nahar,
añadiendo que más de 5.000 militares y personal de seguridad habían sido
movilizados para proteger al pontífice.
Los enfrentamientos de la guerra en Siria - que según grupos de
la oposición se ha cobrado más de 27.000 víctimas desde el levantamiento
contra el presidente Bashar el Asad - han sobrepasado las fronteras del
país en alguna ocasión, evocando los temores de avivar el conflicto
allí.
Las tensiones han aumentado entre los musulmanes suníes
libaneses, que en su mayoría respaldan el levantamiento protagonizado
por suníes sirios, y los chiíes que suelen apoyar a la minoritaria secta
alauí de Asad, una rama del Islam chií.
Benedicto XVI dijo que Líbano "demuestra a Oriente Próximo y al
resto del mundo" que los cristianos pueden vivir en paz con otras
iglesias y religiones.
"Este equilibrio, que se presenta en todas partes como un
ejemplo, es extremadamente delicado", dijo a su llegada en declaraciones
en francés. "A veces parece a punto de estallar como un arco que se
estira demasiado".
El Papa también instará a los cristianos a no abandonar el
Oriente Próximo, cuna de la fe que han ido abandonando en las últimas
décadas para escapar de las guerras, la inestabilidad política y la
discriminación de la mayoría musulmana de la región.
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