“Los robos de cebúes y graves actos de
violencia ya se han convertido en realidades cotidianas para la
población del sur. Hartos de sufrimientos, abusos y crecientes problemas
económicos, los ‘fokonolona’ (‘campesinos’ en lengua local) ya no están
dispuestos a esperar la intervención de la policía y de los gendarmes.
Han tomado las armas y han comenzado a defenderse solos. Por eso el
número de muertos ha aumentado”, dice a la MISNA Jean Hervé
Rakotozanany, periodista de la emisora de los salesianos, Radio Don
Bosco.
Según el periódico local ‘Madagascar
Tribune’, en la zona de Fort Dauphin (extremo sur de la isla) “los
fokonolona han logrado rechazar asaltos de los dahalos (ladrones de
ganado) y la justicia popular ha matado a 86 ladrones y mutilado a unos
veinte”. El gobierno, que asegura haber puesto la lucha con tra los
dahalos en lo alto de su lista de prioridades, anunció el envío de
soldados y gendarmes a Betroka. Sin embargo, el estado reconoce a la
justicia tradicional, autorizada por las convenciones colectivas
(‘Dinas’) firmadas con las comunidades campesinas, como primera línea en
la lucha contra la inseguridad en las remotas zonas rurales donde las
fuerzas del orden con frecuencia no se encuentran presentes.
“Todos los medios de comunicación
nacionales e internacionales hablan del tema, pero hay mucha confusión
tanto en lo referente al número de víctimas como sobre su identidad y la
dinámica de la violencia, en parte porque las autoridades se cuidan
bien de divulgar información al respecto. Pare esclarecer las cosas
habría que obtener noticias directamente del lugar de los hechos, que es
lo que hará Radio Don Bosco”, agrega el periodista responbsable de los
programas de la noche.
En la cultura tradicional, el hurto de
ganado era un rito usual para los jóvenes que deseaban demostrar su
fuerza y ganarse el reconocimiento oficial de los ancianos. Sin embargo,
en los últimos tiempos el recrudecimiento del bandolerismo en las zonas
rurales está convirtiendo la actividad en un comercio en el que están
implicados incluso funcionarios públicos. Anosy, Androy e Atsimo
Andrefana son las tres regiones más afectadas por la plaga de la
inseguridad. El pasado 23 de agosto, según la Radio Antsiva, 1.300
cebúes fueron robados por los dahalos. Un tal Remenabila es considerado
el jefe de la banda que se habría refugiado en uno de las tantas aldeas
remotas del distrito de Befotaka, de donde es oriundo.
La población local, además de defenderse
de los ladrones de ganado, informa el periódico ‘Madagascar Tribune’,
denuncia también abusos de poder por parte de las fuerzas del orden
presentes en la zona. Algunos observadores locales señalan que el
preciado ganado representa actualmente un óptimo negocio por valor de
cientos de miles de euros en el que están involucrados incluso
veterinarios que falsifican la identidad de los animales robados,
representantes locales del ministerio del Interior y gendarmes que
controlan las carreteras y cierran un ojo al paso de camiones con cargas
sospechosas.
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