jueves, 6 de septiembre de 2012

Avances hacia la eliminación de bombas racimo

Informa la Agencia Misna de que, entre el 2011 y el 2012 se han logrado avances importantes en el camino hacia un mundo sin ‘bombas racimo’ (‘cluster bombs’): lo destaca el ‘Cluster Munition Report’, un informe publicado cada año por cinco organizaciones internacionales comprometidas en la lucha por el desarme y en particular contra las minas antipersonal y las bombas racimo.

El informe, que fue presentado hoy en Londres, señala que sólo en el 2011 fueron destruidas 107.000 municiones y 17,6 millones de sub-municiones de bombas racimo almacenadas en diferentes arsenales. Además, las operaciones de limpieza han permitido desactivar 48.000 sub-municiones sin estallar en diez estados y dos regiones.

Las ‘bombs racimo’ son contenedores que se abren en el aire y esparcen artefactos explosivos más pequeños (sub-municiones) en una amplia superficie. A pesar de que están proyectadas para ello, las submuniciones no siempre estallan en contacto con el suelo, razón por la cual constituyen una amenaza “dormida” incluso más peligrosa que las minas antipersonal para la reanudación de la vida en zonas donde hubo conflictos armados. “Son artefactos que afectan de modo indiscriminado sobre todo a civiles –dice a la MISNA Giuseppe Schiavello, director de la Campaña Italiana contra las Minas– y constituyen un serio obstáculo para la vida social y económica en las zonas contaminadas”.
 
Durante el 2011, tres nuevos países –entre ellos Italia– ratificaron la Convención de Oslo contra las bombas racimo, y en los primeros seis meses  del 2012 otros tres países siguieron el mismo camino (Hungría, Suecia y Suiza). Sin embargo estas bombas siguieron produciendo víctimas (en total 55) en Camboya, Irak, Laos, El Líbano, Sudán y Sahara Occidental.

“El informe demuestra claramente que la Convención de Oslo está logrando su objetivo de poner fin a los sufrimientos causados por la s’bombas racimo’”, dijo Laura Cheesman, directora de la ‘Cluster Munition Coalition’, la coalición de la ONG que congrega a la sociedad civil en este frente. “Pedimos a todos los países que aún no lo han hecho que adhieran a la Convención –concluyó Cheesman– todos deben hacer su contribución para eliminar estos artefactos para prevenir las consecuencias para los civiles durante y después de los conflictos armados”.

Hasta el momento han adherido a la Convención de Oslo 111 países, de los cuales 75 la han ratificado. No forman parte de ella algunos países claves como Estados Unidos, Rusia y China.

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