Entre agosto del 2011 y julio del 2012 la
región amazónica brasileña perdió 4.656 kilómetros cuadrados de selva:
una cifra que en realidad constituye el mínimo histórico desde que se
comenzó a medir la devastación de ese ‘pulmón’ del planeta en 1988.
La porción de selva arrasada durante el
último año es un 27% inferior a la registrada el período anterior
–agosto del 2010 a julio del 2011 (6.418 km2)– y que ya constituía un
récord negativo. Es equivalente a un sexto de los 30.000 km2 destruidos
entre agosto de 1994 y julio de 1995. Las mediciones están a cargo del
Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales que utiliza imágenes
satelitales y permite determinar zonas que han sufrido la remoción total
de la vegetación hasta una extensión de 6,25 hectáreas.
“Me arriesgo a decir que esta es la única
noticia medioambiental positiva que el planeta ha tenido este año”,
comentó la ministro del medio ambiente Izabella Teixeira.
La superficie de selva devastada el año
pasado es un 76% menor de la arrasada en 1990 y acerca a Brasil al
ambicioso objetivo de reducir la deforestación en un 80% entre 1999 y
el 2020. El país sudamericano también asumió voluntariamente el
compromiso de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un
39% para el 2020.
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