sábado, 27 de octubre de 2012

27 de octubre: Día Mundial del Patrimonio Audiovisual

Los documentos audiovisuales, como películas, programas de radio y televisión, grabaciones de audio y video, contienen los registros primarios de los siglos 20 y 21. Trascendiendo el idioma y las fronteras culturales, apelando de inmediato a la vista y el oído, al alfabetizado y al analfabeta, los documentos audiovisuales han transformado a la sociedad al pasar a ser un complemento permanente de la constancia escrita tradicional.

Todo el patrimonio audiovisual mundial está en peligro; no puede decirse que se haya preservado en ninguna parte. Sin embargo, gracias a iniciativas como el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual y el Programa Memoria del Mundo, se impulsa la valiosa labor de los profesionales de la preservación para gestionar los aspectos técnicos, políticos, sociales y financieros, entre otros, que amenazan la salvaguardia del patrimonio.
En este contexto, la Conferencia General aprobó en 2005 la conmemoración de un Día Mundial del Patrimonio Audiovisual como mecanismo para concienciar a todo el público sobre la necesidad de tomar medidas urgentes y reconocer la importancia de los documentos audiovisuales como parte integrante de la identidad nacional.


El tema de la celebración del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual de 2012 es: 

«Cuenta atrás para salvar el legado de la memoria audiovisual».

 Las grabaciones de sonido y las imágenes en movimiento son documentos extremadamente vulnerables, ya que se pueden destruir fácilmente y de forma deliberada. El patrimonio audiovisual, emblemático del siglo XX, se puede perder definitivamente a consecuencia del abandono, el deterioro natural y la obsolescencia tecnológica. El público ha de ser consciente de la importancia de salvaguardar estas grabaciones. Con la proclamación del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual  se intenta crear una plataforma para sensibilizar al mundo sobre este tema.


 Mensaje de la Directora General de la UNESCO,Irina Bokova,con motivo del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual:


Irina Bokova, Dra. Gral. UNESCO
 Nuestro patrimonio audiovisual es particularmente rico y está vivo, pero es también sumamente frágil. En menos de un decenio, las evoluciones técnicas provocan la obsolescencia de los formatos y de los aparatos capaces de leerlos. La preservación del patrimonio audiovisual es una tarea compleja, que exige medios onerosos. Ante el deterioro y la desaparición acelerada de ese patrimonio, debemos impulsar campañas de almacenamiento y de digitalización de una amplitud sin precedente, y reforzar los medios de la cooperación internacional pues el tiempo no juega a nuestro favor.

En su esfuerzo por crear las condiciones del entendimiento mutuo entre los pueblos, la UNESCO se empeña en proteger y difundir el patrimonio universal en todas sus formas: documentos, tradiciones, libros, obras de arte y monumentos de la historia y la cultura. En un mundo de diversidades, necesitamos más diálogo intercultural, más curiosidad por los demás para denunciar los estereotipos culturales o religiosos que abren paso a la intolerancia. El patrimonio audiovisual es un elemento clave de este esfuerzo. Es un vector de identidad y de memoria, representa una promesa de ampliación de la experiencia y de los horizontes para cada uno de nosotros. Ofrece un testimonio de primera mano sobre la diversidad cultural y científica de nuestra humanidad. Ningún otro soporte ofrece como él un testimonio tan vivo de los ritos, las costumbres y las expresiones culturales del planeta. Los contenidos audiovisuales científicos, culturales y educativos atraviesan los continentes en las autopistas de la información, en un espacio público de dimensión mundial, siempre que los Estados logren efectivamente protegerlo y difundirlo como se debe.

La UNESCO, a través de sus programas culturales y de su Programa Memoria del Mundo, se compromete a apoyar a los Estados en sus esfuerzos en pro de la protección de ese patrimonio. Frente a la urgencia que plantea el deterioro de los soportes, debemos acelerar el ritmo de formación de los profesionales, fortalecer las capacidades de las instituciones, formular políticas públicas mejor adaptadas. Los días mundiales como éste han demostrado su utilidad para alertar las conciencias y los poderes públicos sobre la extrema fragilidad de esos tesoros que se están perdiendo. Hoy día hago un llamamiento a los poderes públicos y los profesionales a que se movilicen en favor de la preservación y la difusión de ese patrimonio fuera de lo común.

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