Los grupos armados del norte se preparan
para la guerra, según informa la Agencia Misna. Cientos de jihadistas han concurrido en su apoyo
durante el fin de semana desde Sudán y desde Sahara occidental, refieren
fuentes de prensa malienses e internacionales. Testigos locales de las
ciudades de Timbuctú y Gao hablan de la presencia de “hombres
extranjeros armados” en las ciudades, por lo menos 150 en las últimas 48
horas, que declaran “haber venido a ayudar a los hermanos musulmanes
contra los infieles”. Desde hace siete meses Timbuctú (en el noreste el
país) está bajo control del grupo islámico armado Ansar Al Din y de Al
Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) mientras la ciudad de Gao (noreste)
se ha convertido en base de los islamistas del ‘Movimiento para la
Unidad y la Jihad en África occidental’ (MUJAO). El periódico ‘Journal
du Mali’ confirma la llegada de refuerzos armados de origen sudanés,
tunecino, senegalés, marfileño, argelino y nigerino, así como
combatientes saharauis que llegan directamente desde los campos de
refugiados cercanos a la ciudad argelina de Tindouf.
Algunos observadores relacionan el
‘desembarco’ de los jihadistas en el norrte de Mali con la resolución de
la ONU y con la reunión internacional que se llevó a cabo en viernes en
Bamako. Los países de la Comunidad Económica de Estados del África
Occidental (CEDEAO), la Unión Africana, la Unión Europea y la ONU han
manifestado “plena solidaridad” con las autoridades malienses para
facilitar el despliegue de tropas africanas y la reconquista de la
amplia región desértica que cubre dos tercios del territorio nacional.
Francia ha reanudado formalmente su cooperación militar con Bamako,
interrumpida por el golpe de estado de marzo pasado, mientras los jefes
de estado y de gobierno de la UE dieron su vía libre al adiestramiento
de las tropas malienses.
Ante la posibilidad de una intervención
militar regional, los jefes de Ansar Al Din y del Movimiento Nacional
para la Liberación de Azawad (MNLA, tuareg) han iniciado conversaciones
para tratar de acercar posiciones luego de la srivaliddes que surgieron
en los últimos meses. Sin embargo, no están claras aún las intenciones
de los dos líderes rebeldes Iyad Ag Ghali, que mantiene estrechas
relaciones con Argelia, y Bilal Ag Cherif, establecido en Burkina Faso.
De algunas indiscreciones sobre el resultado de un encuentro de tres
días en Kidal se deduce que ambos han hablado de una posible fusión
(aunque el acuerdo sería lejano aún) y de propender a una solución
negociada y no armada del conflicto con Bamako. El camino emprendido por
Ag Cherif es rechazado por una parte de la rebelión tuareg, mientras
por la otra Ansar Al Din no se ha despegado oficialmente aún de sus
aliados del AQMI y del MUJAO.
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