POSICIONAMIENTO DE CÁRITAS ANTE LOS RECORTES EN AOD
Caritas
trabaja en cooperación internacional desde su identidad de Iglesia por
mandato específico de la Conferencia Episcopal y, como actor subsidiario
en la cooperación internacional y el desarrollo social, asume también
la tarea de promover políticas públicas que garanticen los derechos
sociales para todas las personas, especialmente las más vulnerables. Con
el mismo objetivo, Cáritas denuncia el incumplimiento de estas
políticas, siempre desde la responsabilidad del anuncio y la propuesta
comunitaria, como miembro de la Iglesia y testigo de esas realidades de
injusticia.
Nuestro
modelo de desarrollo, basado en una cooperación fraterna y en la acción
de promoción de las personas, escoge preferentemente a las comunidades y
personas más empobrecidas y excluidas del mundo, estableciendo con
ellas unas relaciones de igualdad y reciprocidad (Directorio de
Cooperación Internacional, p. 24), siempre a través de las Iglesias
locales y las Caritas hermanas con las que trabajamos. Este modo de
colaboración no encuentra sentido a que la cooperación se realice sólo
cuando existen unas condiciones económicas favorables y que sea por
tanto una cooperación donde se ofrecer lo que nos sobra.
Por
eso, nos animamos a analizar la situación actual de la cooperación
española en el marco del nuevo diseño de la Política de Cooperación
Internacional, una política de Estado que debe garantizar el derecho al
desarrollo de los pueblos –a través del cumplimento de los compromisos
internacionales adquiridos– y, que, sin embargo, a través de los
recortes de presupuestos destinados a este fin, pone en peligro los
logros del Pacto de Estado contra la Pobreza (2007) y del Pacto Mundial
por los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2000).
Desde
1970, con la petición del 0.7% del PIB dedicado al desarrollo de países
más atrasados y con un amplio apoyo social desde los años 90 por parte
de organizaciones sociales, sindicales, religiosas y políticas y otros
movimientos de la sociedad civil, se han firmado, desde esos años hasta
la fecha, 22 Pactos contra la Pobreza (5 Autonómicos, 2 Provinciales y
15 Municipales) y la AOD Descentralizada ejecutada en el 2009 ha llegado
a 446 millones de euros (el 12,55 % de la AOD nacional). Esta
cooperación descentralizada ha articulado otro modo de cooperación,
desde lo horizontal, poniendo en comunicación el sur con el norte,
creando y fortaleciendo espacios de ciudadanía allí y aquí.
Sin
embargo, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en España en la Propuesta
de Ley de Presupuestos Generales del Estado 2012 (PGE) desciende en
1.632 millones respecto al presupuesto de 2011, lo que supone una
reducción del 45%. Si a esto sumamos los recortes presupuestarios que se
han dado en muchas Comunidades Autónomas y Entes Locales, la reducción
de la AOD está en niveles inferiores a 2005, alejando aún más a la
cooperación española del objetivo del 0.7%, y situándose en el 0.20% de
la Renta Nacional Bruta para 2013 (datos aportados por la Coordinadora
de ONGD).
Además,
sólo el 45% del total de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) estaría
gestionada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación; el
resto sería gestionado fundamentalmente por los Ministerios de Hacienda y
de Economía, persiguiendo objetivos que no siempre sitúan a las
personas como prioridad frente a mercados o intereses económicos.
Este
dramático recorte pone en peligro el sistema de cooperación
internacional actual y evidencia la falta de asunción de dichas acciones
como políticas públicas de las Administraciones locales, provinciales y
autonómicas y estatales. Además, provoca una discusión dura y
cuantitativa en el plano económico, que nos aleja de lograr un cambio
cualitativo en la cooperación internacional, debilitando los espacios y
procesos de concertación de poderes públicos y ciudadanía, de debate
para el futuro rol de la cooperación y del destino de los fondos
públicos. Estas organizaciones no pueden quedar en ser meros ejecutores
de partidas presupuestarias residuales, porque son actores clave de las
políticas de desarrollo a la que han dedicado buenos esfuerzos para su
mejorar, año tras año, el diseño de estas políticas públicas, fomentando
la participación activa de la sociedad civil y fortaleciendo el propio
Estado Democrático.
Finalmente,
toda la sociedad, perderá la oportunidad de construir la visión de que
un mundo más justo es posible y el Objetivo de Desarrollo del Milenio nº
8, “una Alianza mundial contra la pobreza”, formulado por la comunidad
internacional en 2000 y respaldado también por España, queda debilitado
(Martín Carretero, José M.: La Cooperación Española en Default.
Economía Política de un recorte innecesario. Economistas frente a la
crisis).
Junto
a su trabajo de atención y promoción humana, y ante los recortes de la
AOD Cáritas insiste en que es posible y necesario erradicar la pobreza y
el hambre. Aún en la situación actual de crisis generalizada, no
deberían existir diferencias en las condiciones de dignidad entre
quienes viven en países empobrecidos y la ciudadanía española, cuando
aquellos llevan décadas en crisis y permanente vulneración de sus
derechos. Sus hijos, «como los nuestros, tienen el mismo sueño de
felicidad al nacer” (Exhortación apostólica Sacramentum Caritatis,
Benedicto XVI, 19 mayo 2007).
Desde
su confederación internacional, Cáritas alza sus voces contra la
pobreza, siendo éste documento una de ellas para mostrar que es posible
acabar con las inequidades que mantienen en la pobreza de millones de
personas en el mundo. También, a través de nuestra campaña institucional
por la austeridad y sencillez en la vida cotidiana se presentan
oportunidades de abordar la transformación social necesaria en el Norte
para que la brecha de la desigualdad, interna y externa, se reduzca.
Caritas
atiende las necesidades básicas del ser humanos (salud, alimentación,
educación…), considerando que también son derechos humanos
fundamentales. La base de este enfoque, plasmado también en el Modelo de
Acción Social, es la dignidad de la persona.
Creemos
que el desarrollo es posible desde y con el Sur, aún con unos recursos
limitados, pero con un compromiso continuado de acompañamiento, sin
abandonar los procesos iniciados y convencidos de que esta
participación es imprescindible para la solución a todas las crisis que
nos inundan.
A
la vez, creemos que la ciudadanía de norte tiene la responsabilidad y
el derecho de participar en la planificación e implementación de los
proyectos de cooperación, y de conocer con trasparencia el destino de
los fondos económicos del Estado para este fin.
Así,
ante los sucesivos recortes a los presupuestos del Estado destinados a
la cooperación internacional, y fruto de la reflexión de la
Confederación Cáritas Española en los ámbitos de trabajo de cooperación
fraterna con las Cáritas del Sur,
Nos comprometemos a:
- Continuar con el trabajo de sensibilización, anuncio y denuncia profética en nuestra labor de Cáritas
- Impulsar el modelo de cooperación fraterna.
- Ofrecer
nuestra colaboración a los responsables políticos para reflexionar
juntos y seguir construyendo procesos que nos lleven a realizar una
cooperación de calidad, que no recorte las oportunidades de futuro de
millones de personas que han confiado en nosotros.
- Colaborar
con los poderes públicos para que, a través de políticas adecuadas, y
España se sume a la consecución del los Objetivos del Milenio.
- Asumir
y trabajar los compromisos que se trasladen a la Agenda Post 2015 con
la misma convicción, coraje y voluntad de colaboración.
- Mantener una actitud vigilante y propositiva sobre las políticas en materia de cooperación internacional.
Para que el desarrollo y la cooperación Internacional sean posibles, pedimos:
- La
creación de un espacio de diálogo apto para soluciones flexibles y
efectivas ante la realidad cambiante: para ello necesitamos un mayor
acercamiento a las instituciones responsables de la política de
cooperación y la voluntad de seguir construyendo juntos esos caminos.
- Un
compromiso de cooperación a largo plazo dirigido a obtener un impacto
sostenible a través de programas que surjan de planes locales, con la
adopción de medidas efectivas para lograr la promoción y la fortaleza de
la sociedad civil, considerando ejes fundamentales el empoderamiento y
la participación.
- El
cumplimiento de los acuerdos internacionales adoptados en materia de
cooperación internacional, sobre todo los relativos a los ODM y los que
se trasladen a la agenda post 2015, para impulsar los procesos de
desarrollo y restitución de derechos en los países del sur.
- La inclusión de la sensibilización y la incidencia en los programas globales de solidaridad.
- El
incremento de la AOD hasta alcanzar el 0.7% del PIB de nuestro país
independientemente de la situación política o económica de España.
- Medidas políticas internacionales que eviten flujos económicos que provocan mayor empobrecimiento.
- Una
evaluación responsable y efectiva de lo realizado hasta la actualidad
y, alternativas creativas, responsables y profesionales para afrontar y
resolver la situación actual.
Madrid, octubre de 2012.
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