miércoles, 31 de octubre de 2012

Informe del Banco Mundial sobre África

Con las adecuadas condiciones, los campesinos africanos podrían producir alimentos suficientes y de calidad para dar de comer al continente, evitar futuras crisis alimentarias y hacer ganar miles de millones de dólares a los estados africanos. Esta afirmación aparece en el último informe del Banco Mundial titulado “África puede contribuir a nutrirse a sí mismas: suprimir los obstáculos al comercio regional de los productos alimentarios básicos”. 

El documento fue publicado en vísperas de la jornada africana del alimento y la seguridad alimentaria que se celebró con el lema “Asegurar el acceso a alimentación segura y nutriente”.

Según el Banco Mundial, mientras 19 millones de personas sufren escasez y desnutrición en la franja del Sahel, los gobernantes africanos deben esforzarse por “remover los obstáculos para el comercio regional de los productos alimenticios”, luego “facilitar el libre intercambio entre las zonas más fértiles y las afectadas por penurias cíclicas”. Eliminar lo que el Banco Mundial considera el principal obstáculo permitiría “hacer frente al agravarse de la sequía, a la gran variabilidad de las condiciones climáticas y al aumento de los precios de los alimentos”. Los expertos internacionales advierten que el cuadro alimentario del África corre peligro de deteriorarse por la urbanización galopante que alejará a los campesinos de la zona rural y por el rápido crecimiento demográfico que para el año 2020 duplicaría la demanda de alimentos.

El otro factor negativo señalado en el informe es la falta de acceso de los campesinos africanos a semillas de alta productividad y pesticidas de costo reducido, mientras las políticas de los países apuestan a la importación del extranjero de cereales muy costosos para hacer frente a la creciente demanda local. Mientras el África ya está produciendo alimentos por 50 mil millones de dólares al año, gasta mucho más en comprarse productos importados. Mientras sólo el 5% de los cereales importados por países africanos llegan desde otras naciones del continente, unos 400 millones de hectáreas de tierras fértiles se dejan abandonadas y los rendimientos agrícolas son muy inferiores a los que se registran en otras partes del mundo.

Más allá de la remoción de las barreras aduaneras y de la simplificación de los intercambios comerciales, el Banco Mundial sugiere invertir en transportes modernos y eficientes y en la construcción de carreteras.

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