Catedral copta de Abassiya, El Cairo |
Ayer por la mañana, en la Catedral copta de Abassiya, en El Cairo, comenzó el
proceso de votación que el domingo 4 de noviembre llevará a la elección
del nuevo Patriarca de la Iglesia copta de Egipto. De los 17 candidatos
iniciales, algunos ya han sido descartados y se seleccionó a los más
dignos y aptos para el cargo.
Ahora, la elección se reduce a cinco personas, dos obispos y tres monjes. Ellos son los cinco nombres propuestos desde ayer a los 2.412 electores que pertenecen al clero, pero también a los fieles laicos. Una comisión recibió el encargo de verificar si los aspirantes cumplen con las condiciones necesarias, incluyendo la de haber pasado por lo menos 10 años en un monasterio en el desierto.
El domingo, después de una ceremonia religiosa de tres días, el Pontífice será designado con un ritual que sigue reglas estrictas: el obispo más anciano elegirá al azar a un niño, el cual, con sus ojos vendados, deberá extraer de un cántaro el nombre del elegido. Según la tradición copta, su mano será guiada por el Espíritu Santo.
Esta práctica, junto con otras normas relativas a la elección del Papa, es objeto de controversias entre los coptos y algunos de los aspirantes al trono dijeron que, en caso de ser elegidos, considerarán la posibilidad de abolirla.
El 118º Pontífice Copto de Egipto sucederá al venerado Papa Shenuda III, quien murió en marzo, después de haber guiado a la comunidad copta (cerca del 10% de la población egipcia) durante 40 años. El nueva guía deberá enfrentar grandes desafíos en el Egipto post-revolucionario, sobre todo en las relaciones con la clase dirigente, dominada por los Hermanos Musulmanes.
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