Algunas familias están hospedando en sus
casas y propiedades hasta a cien o más personas que huyeron de los
combates que se están librando en Bani Walid. Lo informó a la MISNA
Saleh Dabbakeh, funcionario del Comité Internacional de la Cruz Roja
(CICR) en Libia, mientras se sigue disparando en el antiguo bastión de
Muammar Gaddafi.
“La ofensiva de las milicias del gobierno
en Bani Walid –señala Dabbakeh– ha obligado a huir a decenas de miles
de personas, muchas de las cuales están recibiendo atención en las
ciudades de Orban y Tarhoua”. En esas dos ciudades los gestos de
solidaridad han sido más frecuentes. “Los desplazados –dice Dabbakeh–
han encontrado refugio en las escuelas y hospitales, y con frecuencia
también en casas y propiedades privadas”.
El CICR y la Medialuna Roja de Libia
están distribuyendo mantas, vestimenta, alimentos y sobre todo agua, un
bien especialmente precioso en una región casi desértica. La llegada de
mujeres, niños y ancianos a Orban y Tarhoua se intensificó en los
últimos días, en coincidencia con el anuncio de la caída de Bani Walid
por parte del gobierno. Sin embargo, los disparos en la calle para
celebrar la derrota de los seguidores de Gaddafi fueron seguidos de
declaraciones marcadas por la cautela. Youssef Al-Mankoush, el jefe de
estado mayor del ejército libio, admitió hoy que en la ciudad aún hay
“sacos de resistencia”.
Bani Walid es una localidad de unos cien
mil habitantes, situada 150 kilómetros al sureste de Trípoli. Durante el
conflicto civil del año pasado fue uno de los últimos bastiones de
Gaddafi que cayeron en manos de los rebeldes que hoy detentan el poder
en Libia.
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