Según informa la Agencia Fides, una serie de casos de violación recientes han generado las críticas
locales por la debilidad del sistema de justicia en la República
Democrática del Congo, donde la falta de recursos y la incompetencia dan
pocas esperanzas a las víctimas que sufren violencia sexual. En su
mayoría son niñas que han sufrido abusos por parte de personas adultas,
entre las que se encuentran incluso niñas de 6 años. Lo ha denunciado en
las últimas semanas el padre Jean Okutu, párroco de la Iglesia del
Sagrado Corazón, en el remoto territorio de Mushie, al oeste del país.
Para procesar a los criminales, las madres de estas pequeñas víctimas se han unido para quejarse del fracaso del sistema jurídico local y provincial y han pedido al gobierno que tome en consideración la posibilidad de cambiar de lugar a estos niños para que puedan estudiar en el extranjero a expensas del Estado y garantizar que sean protegidos de los insultos y la exclusión por parte de otros niños de su edad. En la provincia de Bandundu ya está en marcha un programa contra la impunidad por violencias sexuales, pero muchos de los residentes son escépticos porque los criminales que son detenidos a menudo consiguen escapar de la cárcel a causa de las precarias medidas de seguridad.
En Mushie, sólo hay un juez para todos los casos y es urgente fortalecer el sistema de justicia. Con una población de unos 80 millones de personas, hay un juez cada 20.000 habitantes de la República Democrática del Congo. Aunque se acaban de nombrar 2000 nuevos jueces, en todo el sistema judicial congoleño sólo hay 4.000 miembros. Se necesita la colaboración de toda la población, todo ciudadano tiene la obligación de denunciar un crimen.
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