Mozambique celebró ayer, 4 de octubre, el 20º aniversario del acuerdo de
paz que puso fin a casi dos décadas de guerra civil, desatada tras la
independencia de Portugal.
¿Cómo fue el proceso de gerra civil y pacificación en Mozambique?
El 25 de junio de 1975, Mozambique ganó la independencia de Portugal, con Samora Machel como cabeza de Estado.
Un par de años después, los rebeldes mozambiqueños de RENAMO, armados
y ayudados por Sudáfrica, comenzaron a combatir contra el gobierno
marxista de Frelimo. Mientras que este último organizo las nuevas Fuerzas Armadas de Mozambique (FAM) con sus antiguos combatientes y oficiales de la guerra de independencia.
La RENAMO fue
creada para oponérsele al gobierno del Frelimo y para frenar el flujo de
armas hacia la guerrilla de ZANLA; el Zanla luchaba contra el gobierno de Rodesia,
vecino de Mozambique, que se había establecido en la zona fronteriza
entre ambos países. Después de que Rodesia se convirtiera en Zimbawe,
Sudáfrica se convirtió en el principal patrocinador de Renamo. Sudáfrica
estaba resuelta a impedir que movimientos guerrilleros, tales como el Congreso Nacional Africano
(CNA), se establecieran en Mozambique, es decir, encontró la excusa
perfecta para agredir a su enemigo Mozambique a través de Renamo. El
Renamo fue presidido por Alfonso Dhlakama. Muchos portugueses
nacionalistas y mozambiqueños de herencia portuguesa volvieron a salir
en un éxodo de masas, puesto que una nueva guerra iba a comenzar.
El Informe Gersony -un sumario de testimonios de refugiados
mozambiqueños que recoge las experiencias relacionadas con el
conflicto-, escrito por Robert Gersony para el departamento de asuntos
exteriores de los Estado Unidos
que se presentó en Abril de 1988, divulgó recuentos de refugiados,
testigos oculares, datos u otras fuentes creíbles, sobre matanzas (de
Renamo) que incluyen ejecuciones por armas corto-punzantes (cuchillo,
hacha, bayoneta), gente quemada viva, gente asfixiada, hambre forzada, y
disparos indiscriminados a civiles durante los ataques a poblados. Los
civiles mozambiqueños eran los objetivos principales de Renamo durante
la guerra civil, aunque también atacaron instalaciones gubernamentales e
infraestructuras como carreteras y rutas comerciales, y lo peor, Renamo
usaba con asiduidad los Niños Soldado.
La administración de Frelimo, dirigida por el presidente Machel, fue arruinada economicamente por los rebeldes de Renamo. El acuerdo militar y diplomático con la Unión Soviética
no alivio en absoluto el problema ecónomico de miseria y hambruna que
padecia la nación. Como resultado, un presidente coactado, Machel, firmó
un pacto de no agresión con Sudáfrica, denominado Pacto de Nkomati.
A cambio, Pretoria prometió cortar la asistencia económica a cambio del
compromiso de Frelimo de impedir al CNA usar Mozambique como un
santuario para realizar su campaña en contra de las minorías blancas en
Sudáfrica. EL apoyo del gobierno sudafricano a los rebeldes de Renamo
disminuyó a partir del pacto de Nkomati, pero unos documentos
descubiertos durante la captura de un puesto de mando de Renamo (por
parte de Frelimo) en Gorongosa
en el centro de Mozambique en Agosto de 1985 reveló que el gobierno
sudafricano continuaba realizando comunicaciones de apoyo militar a
Renamo.
El 19 de octubre de 1986, el primer ministro de Mozambique, Samora
Machel murió cuando su avión presidencial se estrelló cerca de la
frontera con Sudáfrica. Una investigación internacional determinó que el
suceso fue causado por errores de la tripulación. El sucesor de Machel
fue Joaquim Alberto Chissano,
quien había servido como ministro de asuntos exteriores desde 1975
hasta la muerte de Machel. Chissano continuó con la política de Machel
de expandir los lazos internacionales de Mozambique, particularmente con
países del Oeste, y realizar reformas internas.
En 1990, con el fin de la guerra fría, y el apartheid
que se derrumba en Sudáfrica, los apoyos a Renamo se agotaron en
Sudáfrica y los Estados Unidos, las primeras conversaciones directas
entre los gobiernos de Frelimo y Renamo fueron mantenidas. La
constitución preliminar de Frelimo en julio de 1989 preparó el terreno
para un sistema multipartidario y en noviembre de 1990 una nueva
constitución fue adoptada. Ahora, Mozambique era un estado
multipartidista, con elecciones periódicas y derechos democráticos
garantizados.
LA PAZ
El 4 de octubre de 1992, los acuerdos de paz general de Roma, negociados por la comunidad de Sant'Egidio con el apoyo de las Naciones Unidas, fueron firmados en Roma entre el Presidente Chissano y el líder de Renamo Afonso Dhlakama, que formalmente surtieron efecto el 15 de octubre de 1992. Las fuerzas de paz de Naciones Unidas (ONUMOZ) llegaron a Mozambique con unos 6.500 soldados y supervisaron una transición de 2 años hasta la democracia al mando de Aldo Ajello. 2.400 observadores internacionales también entraron al país para supervisar las elecciones mantenidas el 27-28 de octubre de 1994. Los últimos contigentes de Naciones Unidas salieron del país a principios de 1995. Como parte de los acuerdos de paz más de 70.000 soldados y 20.000 rebeldes se desmovilizaron (4.000 de ellos se integraron luego a las fuerzas armadas).
Hoy, 5 de octubre, una ceremonia ecuménica en la Praça da Paz, en el centro de Maputo,
fue uno de los momentos más intensos de los festejos por el 20°
aniversario de los acuerdos que pusieron fin a la guerra civil, según
comentó a la MISNA el padre José Luis Rodríguez López, superior
provincial de los Misioneros Combonianos en Mozambique.
En la ceremonia estuvieron presentes el presidente Armando Guebuza, autoridades políticas locales y diplomáticos extranjeros. Pero, sobre todo, hubo mucha participación popular, y estaban presentes los representantes de todas las comunidades cristianas. “La presencia de la Iglesia Católica tiene un significado especial, a la luz de su compromiso profético con la paz, la justicia, el respeto y la comunión fraterna entre los mozambiqueños” dijo el padre Rodríguez.
Durante la ceremonia, monseñor Francisco Chimoio, arzobispo de Maputo, leyó un mensaje en el que la alegría de la paz se entrelazó con el pedido de un mayor esfuerzo por parte del gobierno para respetar las diferencias políticas y la dignidad del ser humano. Un mensaje similar en muchos aspectos al que estaba incluido en un artículo publicado en agosto por la Conferencia Episcopal de Mozambique, bajo el título “Construyendo la Democracia para preservar la paz”. “Los obispos piden al gobierno que dedique más atención a la construcción de la democracia, teniendo conciencia de que la extensión de la pobreza puede poner en peligro la paz”, dijo el padre Rodríguez.
En la Praça da Paz también estuvieron presentes representantes del gobierno italiano y de la Comunidad de Sant’ Egidio, que, junto con la Iglesia de Mozambique, actuaron como mediadores entre el gobierno del Frelimo y los rebeldes de la Renamo, después de lo cual, el 4 de octubre de 1992, se firmaron los acuerdos de Roma.
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